Desde Fuerteventura a Pontevedra, una decena de playas paradisíacas para disfrutar al máximo este verano 2017.
Playa de la Barca
La número uno está claro. ¿Qué playa puede superar estos 30 kilómetros de arena finísima tendida al pie del macizo de Jandía, en la península del mismo nombre? La foto está hecha desde el mirador de Pecenescal. Podemos ‘windsurfearla’ en la Playa de la Barca o buscar desembocaduras de barrancos (Tierra Dorada, Los Canarios…). Una auténtica maravilla para los sentidos.
Playa de Ses Illetes
Esta playa tiene casi 1 kilómetro de arena nívea son la prolongación de la célebre playa de Ses Illetes, si bien trasladados a una isla de piratas —S’Espalmador—, a la que se llega en barca desde el puerto de La Sabina. Es importante llevar el agua con nosotros y, antes o después, pasear por la orilla hasta la torre almenara (el interior de la isla es privada). La cualidad translúcida del mar producto de la tarea filtrante de la posidonia, planta acuática endémica del Mediterráneo, hace que nos pasemos las horas admirándola.
Figueiras
Esta playa estaría la primera en cualquier listado de no ser por sus frías aguas atlánticas. Es la playa de Figueiras.
Se podría decir que tiene harina que tiene por arena y un espeso boscoso cortinón de fondo. Sus aguas de vidrio son perfectas para el buceo. Además, por su limpieza a mano y por la visión libre de embarcaciones (ya que rige la prohibición de fondear). La mayoría elige pasar el día en el arenal de Rodas en detrimento de este rincón naturista, en un parque nacional de las Islas Atlánticas de Galicia que aplicará en breve la Carta Europea de Turismo Sostenible
Playa Galdana
Este es un ejemplo de cómo la movilización popular es capaz de salvar playas vírgenes de manos de los especuladores e inversores.
La llegada a esta playa es el broche de oro a una larga caminata de una hora de duración desde Cala Galdana, atravesando Cala Mitjana y muchos pinares. Sortearemos más tarde la desembocadura de un torrente precioso (quizá te tengas que mojar), y seguidamente, a unos 200 metros de naturaleza en estado salvaje, rematada por una imponente pared calcárea. Nos quedamos con su invitación al baño, a comer bajo los pinos en un marco bucólico de perdices y hasta de vacas, asnos y burros.
Playa Cabo de Gata
Esta playa es simplemente descomunal, invaluable bahía del parque natural del Cabo de Gata en Almería. Está comprendida entre el morrón Genovés y el altozano del Ave María (en la foto). El arenal es blanco y de un grano fino, así como la suave llegada al agua, hacen de esta playa una delicia. Cuando sopla el viento golpea fuertemente desde la espalda. Para evitar la masificación, en verano se aplican restricciones de acceso a todas las playas de esta zona.
Playa de Toronda
Esta gran concha natural atesora toda la belleza que la cornisa cantábrica ofrece. El alto de Torimbia sirve de mirador, sobre todo con bajamar, pero lo suyo es llegar por el camino que parte llano desde el arenal de Toranda. Es una playa naturista por historia y vocación y atrae por el verde de tojos y helechos a sus visitantes. Está dotada con un camaleónico chiringuito. Hay que andar con cuidado, pese a su aspecto tranquilo y placentero, con mar de fondo se torna peligrosa.
Playa de Comte
La sucesión de caletas que integran las platges de Comte se distribuyen por esta área natural de especial interés (ANEI).
La visión desde el aparcamiento ya asombra a todos los bañistas. Las aguas esmeraldinas, un gran brazo de mar entre la isla d’es Bosc que se suma a la ringlera de 11 islas menores a distintas profundidades de campo. Los hay que buscan las visitas en el Caló d’en Xic.
Playa de Chiclana
Este es un ejemplo del justo equilibrio entre desarrollo y naturaleza. Te recomendamos llevar tu cámara deportiva para realizar unas fotos impresionantes.
Es lo que más distingue a estos ocho kilómetros de playa: desde el urbanizado paseo marítimo hasta el sector dunar increíble, sin perder la sensación de integración en la naturaleza y a los acantilados bien conservados que ocultan al bañista de las vista de los hoteles.
La nueva construcción de restaurantes sobre la arena ha añadido un toque moderno a esta playa. Hay varios destinos estupendos, con gran variedad gastronómica. Desde el Albatros a mojitos al atardecer acompañados de Carlos el del Bongo.
Playa de Calblanque
Al entrar en el parque murciano de Calblanque por el paso de visitantes denominado Las Cobaticas (en verano hay restricciones de acceso), buscamos el aparcamiento más al occidente, sin techado, que nos deja a la altura del naturista arenal de Negrete. Un paso entre palmitos lleva a los visitantes al imperio de los sentidos de estos 600 metros de playa, ricos en tonalidades bronce, ocres y pajizas, a los que el atardecer arranca preciosos destellos dorados y plateados. Cerrado por las puntas del Cojo y Negrete, el viento nunca resulta incómodo y la arena se sacude con facilidad. Hay que tener en cuenta que el oleaje es de respeto y no hay socorrista.
Playa de Langre
Langre es la materialización del concepto de una playa completamente verde.
Es ancha, grande, salvaje, surfera. La orografía queda determinada por dos tramos de arena respaldados por un colosal central de paredes verticales de 25 metros de altura y rodeado de verdes prados. Este destino invita a contemplar una y otra vez las olas rompiendo. La zona nudista tuvo al famoso divulgador de vida salvaje y la naturaleza, Félix Rodríguez de la Fuente, como uno de sus primeros bañistas.
España es archipiélago, prácticamente una isla, con lo que está rodeado de mar y playas. Esto, sin duda, hace difícil poder hacer una selección de las mejores playas del país.
Sin duda, has hecho un buen trabajo, las playas que nombras son realmente hermosas. De todas maneras, creo que entre las mejores playas de España no pueden faltar playas como la playa de Benijo (Islas Canarias), la playa de Matalascañas (Andalucía) o la playa de La Concha (San Sebastián).