En Viajelogia somos especialistas en viajes por España, pero no podemos evitar sentir pasión por la historia y los viajes del mundo. Por ello dedicamos este artículo a uno de los grandes trenes de la historia.
El Orient Express
Si hablamos de trenes famosos, ninguno supera el Orient Express, un tren que marcó tanto es su momento que ha sido elemento clave en el cine y en la literatura.
Fue en 1883 que se logró establecer una ruta de París a Estambul, por aquel entonces aún llamado Constantinopla. La prensa se encargó de bautizarlo para siempre el Orient Express.
Un tren de lujo y gran belleza, con sillones de cuero, mantas de auténtica lana y sábanas de seda. Las cortinas de terciopelo, un menú selecto, baños de mármol. Cabinas decoradas con marquetería fina. Los diseñadores fueron René Lalique y Prou.
El viaje de París a Estambul duraba 81 horas y 30 minutos, pero estar a bordo del Orient Express era todo un placer.
Aunque el servicio de fue interrumpido por las dos guerras mundiales, su fama ya era inmensa, incluso tenía un segundo nombre “Spies Express” por el uso frecuente de los espías europeos.
Desde 1962 la ruta ha cambiado siendo una y otra vez modificada.
Pero ha quedado en los archivos históricos anécdotas sobre monarcas y jefes que lo ocuparon. Como el Rey de Bélgica, Ferdinand de Bulgaria que se encerró en el baño creyendo que lo querían matar, o el monarca búlgaro Boris III insistió conducir el tren a velocidad excesiva por todo su país.
También hubo viajeros muy famosos, como Lawrence de Arabia, Mata Hari o Marlene Dietrich que disfrutaron de su viaje dentro de este fabuloso tren.
Trenes de lujo españoles
En España, tenemos unos trenes de lujo, donde podrás elegir el Nuevo expreso de La Robla, donde encontraréis Naturaleza y Cultura en el norte de España. En el Transcantabrico Clásico o de lujo donde tendrás un viaje cultural y gastronómico por la España Verde, y el Al Andalus, donde podrás dejarte enamorar por el sur de España. Da igual que tren elijas, pues disfrutarás de un paisaje sin igual, gastronomía y por supuesto, buena compañia.